ACTO III - CAPÍTULO 2

PLAN CON EL LÍDER

Domingo 23 de junio 2019

En la misma cabaña más tarde

Se organiza el trabajo de publicación

Cuando entraron a la cabaña, todos estaban hablando muy animados y escuchando música orquestada, jazz suave y melódico. En un momento, Ronald miró a Francisca y ella lo miró a él. Sabían que era hora de trabajar.

Con su cadena de oro y su diente de tiburón verde claro en su gran barriga redonda ella detuvo la música y les pidió su atención.

El silencio era total y el aire cargado de energía. Les pidió que se sentaran en el estar porque Ronald tenía algo importante que decir y, cuando ya estaban en sus lugares, Ronald comenzó a hablar.

—Queridos amigos, primero quiero agradecerles por lo que han hecho desde que empezamos a escribir el libro. Ahora quiero explicarles el programa de actividades para esta semana a partir de mañana. En las mañanas, trabajaremos desde las nueve hasta la una; en las tardes, desde las tres hasta las siete. El trabajo consiste en hacer reuniones para compartir puntos de vista. En los primeros dos días, nos enfocaremos en el contenido y estructura del libro; en los siguientes dos, en la forma, estilo y preparativos para su publicación; los últimos dos días tendremos actividades recreativas. Podrán elegir entre navegar, bañarse en el lago, saltar en paracaídas y cualquier otra que se nos ocurra. ¿Están de acuerdo con el programa? —preguntó Ronald, vio que asintieron con sus cabezas y continuó—. Ustedes ya conocen la historia del libro que se remonta a un par de años antes del Mundial cuando Alexandre y yo empezamos a buscar una salida al pantano filosófico en el que nos encontrábamos.

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En aquel entonces no sabíamos cosas fundamentales, pero ahora están en el libro. Como queremos que llegue a las masas, no puede ser un ensayo en un estilo académico. Creo que debería ser un manual práctico, quizás el libro de respuestas a las preguntas de un juego educativo que se pueda jugar con los amigos y la familia. Me hubiera encantado jugar un juego así cuando tenía trece años. Las metáforas de futbol ha sido una idea genial. Gracias Diego, por esa de que “no se puede patear un penal sin pelota” —dijo Ronald.

—No. Por favor. Gracias a ti —respondió Arturo.

—El libro ha madurado y sólo falta pulir algunos detalles. Recordemos que sobrevivirá a nuestra generación y será leído en un futuro lejano incluso en otros planetas —dijo Ronald.

—¿Quién aparecerá como autor del libro? —preguntó Yellow.

—El muerto —dijo Boris en su humor ruso.

—Tendríamos que inventar la historia de que los padres de Ronald encontraron el libro sin publicar en su dormitorio o algo así. ¿Estarían de acuerdo tus padres? —preguntó Alexandre.

—No estoy seguro si van a querer avalar esa historia. Es comprometerlos demasiado pues serían ellos los que deberían autografiar el libro o dar charlas para promoverlo. Tal vez el autor debería ser Diego, que siendo el más famoso de todos y muy admirado por los niños puede ayudar a que se venda más —dijo Ronald.

—Es cierto que los chicos de barrio me quieren porque soy como ellos, pero no creerán que soy el autor de un libro de filosofía, aunque esté escrito en palabras sencillas, por eso prefiero permanecer anónimo. Tampoco me siento tan bien preparado como Alexandre para responder preguntas en una charla para promoverlo. Además, los medios me han tildado de ignorante y nunca creerían que lo escribí. Se presta para un escándalo y puede salir el tiro por la culata. Estoy de acuerdo con Ronald de que tiene que ser un manual y la idea de que sea un manual de respuestas a las preguntas de un juego educativo me parece genial. Otra cosa que hay que considerar, mi vida afuera del campo de futbol no ha sido ejemplar. Yo hice mi aporte en las reuniones filosóficas y me siento satisfecho con eso. Si no es Ronald, debería ser Alexandre, quien fue el que más trabajó cuando hacíamos las reuniones filosóficas. Además, él ya es conocido públicamente como el filósofo del futbol —dijo Arturo, mirando a Alexandre.

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—Sí, es verdad. Pero, aunque me digan “el filósofo del futbol” es solo un eslogan. ¿Quién va a creer que un libro de filosofía lo escribió un futbolista? Se necesita alguien más creíble para el público, como el ingeniero —dijo Alexandre mirando a Ricardo.

—Suena bien, el problema es que no le voy a dedicar tiempo para dar charlas de promoción del libro, como hacen los escritores profesionales. Además, como director técnico sigo en el ambiente del futbol y eso disminuye mi credibilidad como ingeniero. El problema es el mismo —dijo Ricardo.

—Me molesta que los medios crean que porque jugamos bien con los pies no podemos jugar bien con la cabeza —dijo Arturo y agregó—. En la antigua Grecia no era así. Sócrates, Aristóteles y Platón competían en las Olimpíadas. Hacer deporte no es sinónimo de ser un intelectual estúpido. Quizás deberíamos buscar un escritor o un filósofo que quiera aparecer como autor, alguien de confianza que sea un escritor o filósofo de profesión, pero que no sea un académico aburrido. ¿Alguien conoce alguno? —preguntó Arturo.

—Mi hermano Pablo conoce a un escritor, pero no es famoso porque está recién comenzando su carrera como escritor profesional. Eran compañeros de clase en la universidad —dijo Ricardo.

—¿Es filósofo? —preguntó Arturo.

—No. Es un exitoso arquitecto con varios post-grados, pero lo interesante es que tiene una larga carrera filosófica autodidacta y está totalmente dedicado a su carrera de escritor —dijo Ricardo y agregó—. Como arquitecto trabajó en varios países de Sudamérica y Estados Unidos realizando desarrollos inmobiliarios. Tiene una buena situación, está retirado, es muy buen deportista, paracaidista y también ama a Aristóteles y la filosofía objetiva. Es un genio en epistemología y también está estudiando programación. Es muy inteligente y también podría aportar al libro. Creo que él estaría dispuesto a aparecer como el autor del libro y no me cabe duda que le gustaría dar charlas de promoción, firmar los autógrafos y responder las preguntas. Si les parece puedo preguntarle —dijo Ricardo y los demás estuvieron de acuerdo.

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—Bueno, si ninguno de nosotros quiere, y si el arquitecto acepta, en principio ya tenemos autor —dijo Ronald y agregó—. Pasando a otro tema, ¿cuál debería ser el título del libro? —preguntó Ronald.

—A mí me gusta MANUAL DE FILOSOFÍA OBJETIVA o algo así —dijo Arturo.

—Ese podría ser el subtítulo. A mí me gusta LAS PREMISAS DE UN CAMPEÓN —dijo Alexandre.

—Estoy de acuerdo. ¿Les gusta ese título? —preguntó Ronald, nadie objetó y continuó—. Bien. Por ahora, dejemos ese como el título y subtítulo, pero tenemos toda la semana para cambiarlo o pulirlo.

—A mí me preocupa el tema de la publicación del libro, ¿cómo nos vamos a organizar? —preguntó Alexandre y vio que Ronald y Francisca se miraron y sonrieron.

—Qué bueno que hayas preguntado eso. Justo quería leerles el plan para publicar el libro. Si no les gusta, después podemos cambiarlo. Lo leeré completo y después me dicen que les gustaría cambiar. ¿Están de acuerdo? —preguntó Ronald y ellos asintieron con la cabeza—. Es muy sencillo y empezaré por el final. La fecha del lanzamiento del libro será el día de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que es el 3 de noviembre de 2020. Tenemos año y medio. Se realizará simultáneamente en 20 idiomas y 78 países de los cinco continentes. Se distribuirán cuatro millones de copias físicas en la primera edición, que son 50000 ejemplares por país, cifra que variará según el número de lectores per cápita. Se financiará con los doce millones de euros que ya están sobre la mesa y nosotros cubriremos la diferencia —dijo Ronald y agregó—. La última oportunidad para hacer cambios antes que se publique será el 20 de marzo de 2020.

—En esa fecha vuestros hijos ya van a estar dando sus primeros pasos —dijo Arturo mirando las redondas barrigas de Francisca y Victoria.

—Así es —dijo Ronald y continuó—. Formaremos una fundación que será dueña de la propiedad intelectual del libro, independientemente de quién sea el autor. Se llamará FUNDACIÓN ARISTÓTELES. Su objetivo es facilitar la evolución de la especie humana hacia la excelencia perfeccionando la razón.  Aquí está la escritura legal de su constitución —dijo Ronald, le entregó una copia a cada uno y agregó—. Por favor léanla para aprobarla y firmarla mañana.

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—Me parece buena idea que la fundación sea la dueña de la propiedad intelectual, pero, ¿cuál va a ser la editorial que imprima las copias físicas, haga la promoción y todo lo demás? Se necesita un equipo de profesionales —dijo Ricardo.

—Para asegurarnos que La Familia no se infiltre en la editorial necesitamos una propia. Francisca y yo ya la creamos —dijo Ronald y agregó—. Se llama EVEREST LLC en honor a su padre que subió el Everest dos veces y la segunda sin oxígeno. Tiene su sede en Oslo y está trabajando en la publicación de otros libros con una plantilla permanente de veinte empleados, todos excelentes profesionales en cargos de escritor, investigador, revisor, editor senior, editor asistente y editor jefe. Contamos con un abogado, un administrador y un contador. Hay un director creativo y un diseñador gráfico. En marketing contamos con un relacionador público, un responsable de marketing, un publicista y director de marketing. Francisca es la directora ejecutiva o CEO —dijo Ronald y siguió—. La casa editorial EVEREST LLC financiará dos años de salarios en relación al libro. Además de los doce millones de euros ya aportados tenemos una buena base para realizar el lanzamiento. Después que firmemos la constitución de la fundación, transferiremos el diez por ciento de las acciones de EVEREST LLC a la fundación. La fundación tendrá derecho a voz y voto en el directorio de la editorial. Este modelo servirá para cualquier otra empresa que queramos crear y que se integre al objetivo de la fundación. Por ejemplo, Alexandre podría crear una empresa que produzca un juego de mesa educativo con tarjetas de preguntas cuyas respuestas estarían en nuestro libro. ¿Quieres hablar de ello Alexandre?

—Sí. Tengo la idea de que el libro contenga las respuestas a las preguntas de un juego educativo. Imagínense un juego de mesa con un tablero, fichas, dados y tarjetas con preguntas numeradas. Las respuestas también estarían numeradas en el libro lo que facilita el seguimiento de los temas filosóficos. Ahora sólo tengo los bocetos —dijo Alexandre.

—Bueno, Alexandre avanzará en el juego esta semana, así que hablen con él si quieren darle ideas. Se comprometió para tenerlo listo para marzo del 2020 donde podremos jugar entre todos para probarlo.

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Como ya les dije, el modelo de la fundación como dueña del diez por ciento de las acciones de la editorial, será el que usaremos para cualquier empresa que cada uno de nosotros quiera crear en el futuro para impulsar el objetivo de la fundación. De esta manera la fundación nos ayuda a descentralizar y sincronizar nuestro trabajo. ¿Están de acuerdo? —preguntó Ronald y asintieron.

Al día siguiente firmaron la escritura de la FUNDACIÓN ARISTÓTELES. Ricardo, fue elegido director; Francisca, secretaria; Yellow, tesorero. A continuación, Francisca, única accionista de la casa editorial EVEREST LLC, firmó el documento transfiriendo el diez por ciento de sus acciones y Ricardo firmó por la fundación.

Al final de la semana organizaron el trabajo que seguía para los próximos meses. Continuarían con los mismos protocolos de seguridad que habían seguido el último año. Fijaron en sus agendas dos fechas clave. La primera, era la próxima reunión de trabajo en nueve meses más; la segunda, el día del lanzamiento ocho meses después de la primera. La primera, sería el día para probar el juego junto al libro; la segunda, el día del lanzamiento donde empezaría el trabajo de promoción. La próxima reunión, sería en Villa Ascolassi el 20 de marzo del 2020; el lanzamiento, en varios países del mundo de forma simultánea, el 3 de noviembre del mismo año, y que coincidía con el día de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos.

La noche anterior antes de irse, se sentían satisfechos por el trabajo realizado y salieron a la terraza a brindar. Boris descorchó el champán. El reflejo de miles de estrellas en el cielo, parecían bañarse en las quietas aguas del lago. Ronald levantó su copa y los miró invitándolos a brindar.

—¡Por el éxito de nuestro trabajo! ¡Salud!

—Salud —brindaron, chocaron cristales y bebieron.

Al oír el choque de las copas, Ronald y Francisca, recordaron el sonido de la piedra que un año antes había caído al lago, iniciando ondas que habían comenzado su largo viaje; antes, en el agua; ahora, en el aire, ambos llevando el mismo mensaje: elevar la esencia humana a la excelencia.

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Una Mente Excepcional, por Charles Kocian. Copyright 2024. Todos los derechos reservados.

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